Bacillus altitudinis es una bacteria que se adapta rápidamente a diferentes tipos de suelo y condiciones ambientales. Esta versatilidad la convierte en una herramienta útil para agricultores que buscan alternativas ecológicas a los fertilizantes químicos. Su capacidad para solubilizar fósforo, fijar nitrógeno y producir sideróforos (compuestos que mejoran la absorción de hierro en las plantas) contribuye a su eficacia como biofertilizante.
Producción de antibioóticos naturales y competencia por el espacio y los nutrientes.
Conversión del nitrógeno atmosférico y aporte de nitrógeno a zonas de baja fertilidad.
Fósforo y potasio para la fotosíntesis y liberación progresiva.
Agregación de partículas del suelo y mayor retención de humedad.
Disminución del uso de fertilizantes sintéticos y protección del suelo.
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